A propósito de la Exigencia del Cese de Hostilidades

Los últimos comunicados y declaraciones públicas de los actores del conflicto colombiano han despertado expectativas sobre la posibilidad de una salida negociada, de igual forma han avivado un intenso debate sobre si es pertinente o no. Publico estas líneas en éste espacio por su extensión, no obstante hacen parte de los comentarios que le hago a la columna Los signos de una voluntad de paz: negro es blanco, en estas propongo realizar algunas distinciones y expongo la argumentación de algunas razones prácticas para demostrar que exigir el cese de hostilidades para iniciar los diálogos de paz se convierte en un elemento dilatorio del inicio de los mismos. No obstante quiero indicar que estas mismas lineas no pretenden abogar por el inicio inmediato de los diálogos de paz, solo pretenden, al igual que las publicadas anteriormente, aportar elementos a la discusión.

"...Creo que es importante hacer las siguientes distinciones; la guerra es tan solo una de las múltiples expresiones del conflicto que se vive en Colombia, por lo que es correcto suponer que es posible suspenderla y abordar el problema por la vía del diálogo con el objetivo de resolverlo; también es claro que los diálogos hacen parte de un proceso de negociación en el que los actores involucrados deberán entender los intereses y fines de los otros, que la razón del conflicto está en que de facto existen diferencias entre estos y que para resolverlo deben cerrarse las brechas que los distancian, es decir, debe llegarse a un consenso; para lograrlo existen tres opciones, la primera consiste en que una de las dos partes adopte los intereses o fines de la otra(una concesión total),la segunda que ambas adopten intereses y fines de la otra , lo que implica que abandonen necesariamente parte de los suyos (una concesión parcial), y la tercera que en el proceso de negociación se encuentren unos nuevos intereses y fines tan atractivos que las hagan desistir de mantener los que en un principio generaron el conflicto. En un escenario ideal de negociación debería existir un equilibrio de poder entre las partes para evitar abusos que destruyan la posibilidad del consenso, y está destrucción del consenso no significa otra cosa que ejercer la violencia sobre el otro para realizar las aspiraciones teleológicas propias valiéndose del ejercicio de un poder mayor.

Es evidente que en el escenario de negociación que podría darse en el país no existe un equilibrio de poderes entre las partes, pues una goza de una fuente casi inagotable de recursos, de toda la legitimidad que le confiere ser representante del estado colombiano y del respaldo pleno de la comunidad internacional y los organismos multilaterales, mientras que la otra goza casi exactamente de las condiciones contrarias. No obstante existe una condición que crea una especie de equilibrio relativo elevando el poder de la parte en peores condiciones, mediante la generación de un elemento de presión cuya consecuencia es la crisis humanitaria, a ésta condición se le llama guerra.

Con base en esto se puede concluir lo siguiente; la exigencia del cese de hostilidades agotaría la condición de equilibrio relativo, lo que necesariamente conlleva a aumentar la probabilidad de que el actor que goce de mayor poder imponga su voluntad, destruyendo el logro del consenso, o lo que es lo mismo no resolviendo el problema por el segundo camino para alcanzar la paz comentado anteriormente (una paz acordada),si no convirtiéndose en un forma de pacificación; es decir bajo este escenario no se está negociando la solución del conflicto, se está negociando la rendición de un bando, lo que me lleva a repetir una apreciación anterior, y es que, estoy convencido de que el fin del conflicto no está en la ausencia de sus partes pues en mi concepto esto solo actúa sobre los efectos del problema pero deja intactas sus causas, pues los objetivos de las partes en conflicto son una expresión de las realidades que experimentan.

Lo segundo que se puede concluir es que la guerra es un elemento valioso para el actor que goce de una posición desventajosa en términos de poder, por lo que esperar a que decida desistir de ejercerla es algo casi imposible. Aquí es necesario aclarar que para éste análisis solo se considera la situación hipotética de un escenario de negociación y que estas conclusiones son válidas para éste contexto, con esto quiero indicar que existen otros asuntos y efectos de la guerra que pueden ser convenientes para ambas partes del conflicto y que también la pueden hacer, dependiendo del escenario, valiosa para ambas."

Posted in , , . Bookmark the permalink. RSS feed for this post.

Leave a Reply

Con la tecnología de Blogger.

Search

Swedish Greys - a WordPress theme from Nordic Themepark. Converted by LiteThemes.com.